La ciudad apagándose bajo las nubes
Qué cuiroso, el reflejo de la ciudad sobre charquitos de agua pisoteados por los niños, esa velocidad del olor a monte, el canto pausado de los grillos fragmentando la ausencia; el miedo abismal de la oscuridad.
He visto todo: Algunas gotas que perdieron el tiempo y mis ganas enormes de caminar por esas calles y ser como el eco, la gota, el aroma, las luces, el viento, los grillos...la ausencia.
Janet Mérida Aguilar
De un desayuno con Eusebio Ruvalcaba
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Por Luis Manuel Amador
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acervo musical de la Biblioteca del Instituto de Artes Gráfi...
Hace 7 años
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