El amor de mi amigo se muere.
Cuando lo veo contar de la risa, la piel y la distracción tan graciosa de aquella mujer, me quedo muda imaginándola, imaginando a él imaginàndola.
El amor de mi amigo tan breve y tan lejano se acaba; le dicen que escape, que no se quede, pero él sigue ahí, no se mueve, ni siquiera se cae de cansancio por despertar siempre a la misma hora.
¿Cómo escapar?
Ella se termina como un cuento mal escrito o uno perfectamente diseñado, y él, de la manera màs extraña, no ha estado aquí desde hace tiempo; se pregunta del amor y mientras lo hace su vista sobre la blanca pared de enfrente recuerda las dos semanas más maravillosas que ha tenido.
Jamás le vi en tal equilibrio: tan feliz y tan desdichado.
El amor de mi amigo es tan extraño, tan difícil de encontrar y tan efímero; como si los amores como ese debieran terminar pronto para no dejar de serlo; o como si no fuera único ni impactante si no la coincidencia entre ellos.
asentí cuando dijo que podia no ser amor. Pero sé -sabemos-, que mi amigo tuvo en dos semanas algo que muchos no han encontrado.
No es amor, es real. Por eso duele tanto.
Etiendo que la conciencia humana no puede con tanto, y esa parte le impide dejarla; entiendo cuando no puede evitar llorar, cuando quisiera que fuera diferente y cuando duda del amor.
Mi amigo tiene tanto amor en sus labios...
Mi amigo tiene tanto peso en sus hombros...
y aún así no quisiera que escapara de ella...de su amor.
Janet Mérida
De un desayuno con Eusebio Ruvalcaba
-
Por Luis Manuel Amador
En 2005 entré a trabajar a la Fonoteca Eduardo Mata, que resguarda el
acervo musical de la Biblioteca del Instituto de Artes Gráfi...
Hace 7 años
No hay comentarios:
Publicar un comentario